En 2.004 mi hijo mayor, Pasqual, tenía 3 añitos y tuve que empezar a llevarlo al practicante para un tratamiento de una semana o diez días. Nuestra pediatra, algo carca la señora, creo que había atendido al mismísimo Matusalem en su más tierna infancia, decía que los antibióticos inyectables eran mucho mejores que los orales. No sé porqué pero cada vez que pienso en aquella mujer, con su pelo perfectamente peinado con un supertupé mantenido a base de laca extrafuerte, no puedo dejar de imaginarme al cinematográfico Drácula de Bram Stoker, ¿tendrá algo que ver una cosa con la otra?
La cuestión es que los niños estaban en "la cartilla" de Ana por aquello de ser de Muface pero también porque su padre tenía a Peter Pan metido en vena y ya sabía que al siguiente otoño ficharía por la empresa más grande del país, sí, sí, el mismísimo INEM, así que era más seguro que estuvieran con ella y de ahí el "extraño procedimiento asistencial".
La cuestión es que el practicante era un tal Luis con el que hice relativa amistad a fuerza de llevar a mi hijo a que lo aguijoneasen por orden de la draculesa (pobres hijos primerizos) y fue él el que me ayudó a trazar el primer circuito de bici del triatlón de Elche, entonces en plena gestación intelectual, prestándome un CD con la cartografía de Alicante, ya que Google Earth en esa época no existía, y mucho menos los GPS deportivos y las webs para trazar itinerarios que hoy en día proliferan (la verdad es que esto del interné es la verdadera revolución que nuestra generación está viviendo). Luis era ciclista aficionado de toda la vida, presidente del C.C. Oriolano y organizador amateur de carreras varias. Aunque estuvimos en contacto un tiempo, en concreto en 2.005 para ver de que forma y manera podíamos meter "escoltas-vigilantes ciclistas antidrafting" (Christian, esto es parecido a tu idea, más o menos igual de peregrina:-), luego dejamos de vernos.
Años después, hace ahora justo 9 meses, estando en Tabarca la noche del jueves en que empezaba el Did 2011, me ponía en contacto de nuevo con él, esta vez como nuevo concejal de deportes de Orihuela. Había hablado días antes con Felipe en relación con la desgraciada suspensión de Ibiza como campeonato de España y le había preguntado si creía que podía intentar algo. Felipe me dio luz verde, gracias por la confianza, y recuerdo perfectamente esa llamada, después de la cena del Did cuando ya todos nos recogíamos a descansar, cada uno con sus miedos, creo que yo el que más, vagando por las calles desiertas de Tabarca, 12 habitantes más nosotros 20 esa noche, buscando un rincón con un poco de cobertura:
Atardecer en Tabarca, jueves 20 de septiembre de 2.012
– Luis, soy Ximo, ¿te acuerdas de mí? El triatleta, sí, el padre de Pasqual (sic, tener que referenciarme respecto a mi hijo, vamos p'atrás).
– Sí, claro, claro, ya sé quién eres, dime, ¿cómo te va todo?
– Bien, muy bien, te llamo por una cosa un poco rara, rrggjjjsiiicccc (interferencias y viento), oye, si se corta te vuelvo a llamar, estoy en Tabarca y hay muy poca cobertura.
– Vale, vale, dime.
– Mira, esto te va a sonar muy raro, ¿tú eres concejal de deportes ahora, verdad?
– Sí, sí, algo me ha dicho Martín de que querías hablar conmigo (Martín, personaje peculiar donde los haya, exsurfero y buceador, vecino y amigo, fotógrafo y motero del Did).
– Pues bueno, la cuestión es que ¿queréis qué organicemos un Campeonato de España de Triatlón dentro de un mes? Ha habido una suspensión y podemos hacerlo nosotros.
– ¿Un mes?¡Pero qué me estás diciendo, eso no es posible! Además ya sabes como están las cosas, no hay un duro.
– Bueno, bueno, tú dime que sí, solo tienes que poner apoyo a tope, brigadas, policia, cruz roja, el camioncico, vallas si tenéis, en fin todo eso, pero dinero contante y sonante no hay que poner. Y fiarte de mí, claro.
– Hombre, si me lo pones así ummmm, no sé, ¿cuándo te he de dar la respuesta?
– Pues ya, porque tengo que llamar a la fede el lunes pero estoy enmedio del did, un fregaó de los míos, ya te lo contaré un día, y tenemos que decidirlo ya.
– Hombre, pues si es así como me dices ya te puedo decir que sí, adelante.
– Ok, mil gracias Luis, vamos p'alante entonces, te llamo el martes, espero estar vivo.
Así son las cosas de fáciles a veces. Pero esto no era más que el principio.
To be continued
El faro de Santa Pola desde Tabarca