Nancy, capital de Lorraine, una de las regiones más desapacibles de Francia, una fría tarde de invierno de 1.994 entramos en los Cameo, cines rollito alternativo, siempre películas en V.O., y elegimos "Utomlyonnye solntsem", Quemado por el sol, de Nikita Mijalkov, en ruso subtitulada en francés, bien sûr. Llevamos poco tiempo en Francia y el ruso hace tiempo que no lo practico así que la experiencia es muy visual, impactante.
La familia de un héroe de guerra soviético, bien posicionada en la Unión Soviética estalinista, pasa un maravilloso día de verano en su dacha siberiana. El sol, el río, las risas de los niños, los campos de trigo bien granados poco antes de la cosecha, la naturaleza exhuberante, una familia unida y feliz en torno a una mesa, la música, el vodka. Ha llegado un personaje al que el coronel no ve desde hace mucho y algo se empieza a torcer. Toda va bien, todo es alegría pero ya no todo va bien. Es como cuando vemos unos oscuros nubarrones acercarse velozmente hacia nosotros en una plácida tarde de septiembre, ahora brilla el sol, en unos minutos llueve a cántaros. Los acontecimientos se precipitan, el final es demoledor, lloro.
La vida está hecha de recuerdos, somos lo que recordamos, consciente o insconscientemente. Lo que recordamos, vive, lo que olvidamos, muere.
Octubre de 2.011 es un quemado por el sol personal. El Did2011 ha sido espectacular, esto no es una competición al uso, es una panda de amigos buscando un reto juntos, brazada a brazada, a golpe de pedal, zanzada a zancada. Viernes nadamos y subimos a Banyeres, luce el sol, sábado recorremos Mariola y Aitana de punta a rabo, sigue luciendo el sol con unas nubecillas en lotananza, la apoteosis llega el domingo, sangre en los pies, sudor impregnado de romero en las espaldas y lágrimas de alegría en el castillo, aquí las de Marcos, somos felices, todos juntos.
Lunes, llega la catarsis hemos purificado nuestras almas, ha llegado el momento de darle un respiro al cuerpo (de la wiki: Catarsis, (del griego κάθαρσις kátharsis, purificación) es una palabra descrita en la definición de tragedia en la Poética de Aristóteles como purificación emocional, corporal, mental y espiritual. Mediante la experiencia de la compasión y el miedo (eleos y phobos), los espectadores de la tragedia experimentarían la purificación del alma de esas pasiones).
Pero las nubecillas son ya nubarrones, tocan bastos. Me paso el mes pensado que no llegamos, que me ha podido la soberbia, me he dejado llevar por los cantos de sirena de mi yo-irracional, no llegamos, no llegamos, no llegamos.
Silenciosamente el equipo se pone en marcha, poco a poco, chirriando al principio pero suave y sincronizado después. Paso de la euforia al desencanto, es duro subir y bajar tanto y tan fuerte, sobretodo cuando no llevas cinturón y nadie ha asegurado el perno de la vagoneta de esta montaña rusa. Esto va de soviets, también podría haberse titulado este capítulo "A la caza del Octubre Rojo".
(1989) Mi madre entra en la habitación y, salvando el catre en el que duerme mi querido sobrino Cesarín, instalado en casa por unos meses mientras su hermana de 6 añitos se muere en Madrid de un cáncer galopante, me apaga la radio que tengo medio colgando con unas cuerdas de una estantería. Me despierto:
– No la apagues mamá, me gusta dormirme así
– Ah, vale, creía que dormías ya
– Da igual, aunque me haya dormido, no la apagues.
– Pero es que…
– No la apagues, porfa.
Escuchaba los boletines de Radio Moscú en español, nunca he sabido porqué, creo que era mi imaginación postadolescente que idealizaba las historias de espías de Ken Follet y compañía. Años después ella confesaría que me había hecho caso hasta el extremo de conciliar el sueño siempre con la radio encendida, escuchaba "Clarín", pero esto es otra historia.
(2.011) 2:35 de la madrugada en el reloj de la mesilla, he dormido apenas 4 horas pero sé que ya no pegaré ojo. Siempre tengo un montón de libros al lado, unos los leo con fruición, otros están a medias, en cuarentena, antes de desecharlo hay que darle una oportunidad, como si fuese un vino que envejece bien, quien sabe si en futuros reenganches no habrá un pedazo de novela escondida detrás de unos aburridos primeros capítulos. También tengo tochos, no necesariamente de tamaño, sino de temática, "Breve historia de España", "L'etonnement philosophique", "El ocaso de los ídolos", "El olvido de la razón", una biblia de colegial, un ensayo de Marañón sobre la vida sexual, de 1.911, "sustraído" de casa de mi suegro, su padre era venerólogo en el Castellón de antes de la guerra (no dejéis de recordarme contar algún día algo sobre "Sexo, trabajo y deporte", tremendo, y solo hace 100 años). Son los que cojo en estas ocasiones, hay que adormecer la mente, hay que llevarla a las profundidades para ver si allí pierde el sentido, bendito sinsentido, a veces funciona. Esta vez no lo consigo, me levanto a las 2:55, bajo al salón y me pongo a currar, acabo de batir mi record.
Todo el mundo se vuelca, federaciones, ayuntamiento, club, amigos, el cole, recién conocidos, todos. Gasolina para el espíritu y para el ego. Recibo un correo, del norte, "Esto solo lo podéis hacer vosotros", dopaje emocional puro y duro, sin esto no hay forma de seguir bajando a la mina a arañar el mineral con los dientes.
Pero no todo es malo, hay que inspeccionar el pantano in situ, estamos en octubre, la temporada ha muerto, pero, grandes amigos, grandes momentos, almuerzos, risas.
Puteados
Preocupados
Haciendo el ganso
Vuelta a la realidad, los permisos no llegan, hay que mantener vivo hasta el final el plan B, nadar en la costa y atravesar todas las urbanizaciones hasta el circuito, cada día tengo más canas, pero ojo, no en el cuero cabelludo, a mí me salen en el pecho, puntito cuaretón sexappeal.
Los días vuelan, la angustia crece, el tiempo empeora. La novela que ahora leo podría ser perfectamente el título de mi autobiografía en esos días:
Casi no quedan recursos personales, estamos tocando fondo, pero hay que seguir, hay que llegar. 1 de noviembre, el permiso llegará mañana, nos han dicho, todo sea que nos sobren días, el equipo A echa el resto.
Estamos en noviembre, el agua está fría, pero hace un día buenísimo, será el revivir provisional del moribundo cuando deja de luchar ante la muerte que ya le llega.
To be continued